Hacer Primero lo Primero: Definir Prioridades

Con los dos primeros hábitos hemos descubierto el principio del cambio para ser efectivos, entonces el primer hábito enseña que debemos tomar el mando en nuestras vidas utilizando imaginación, conciencia moral, voluntad independiente y la autoconciencia. Con el segundo hábito entendemos que mentalizar lo que queremos ayuda a dibujar la ruta del destino, y esa ruta surge de la capacidad para visualizar y de analizar nuestros paradigmas para cambiarlos si se convierten en un obstáculo o mejoraros y qué nos fortalezcan.

“Hacer primero lo primero” es materializar lo visualizado en el segundo hábito y que con el mando de nuestras vidas lo podemos llevar al plano físico, en otras palabras en tercer hábito es actuar. Pero las acciones ejecutadas al azar no sirven de mucho por eso aparece un término para apoyar esa actuación y es administración. Nuestra capacidad para administrar el tiempo de nuestras acciones será la diferencia de la calidad en la ejecución.

Enfocando en la administración del tiempo se resume en organizar y actuar, la organización tiene dos prioridades: importante: Las actividades que en orden de ejecución van primero y están ligadas a la misión personal; y urgentes: Actividades que necesitan atención inmediata.

Con las prioridades se crea un cuadrante: El demorado: Le gusta realizar todo a última hora (Genera crisis) es una persona que vive con angustia, tensión y el desempeño es bastante pobre. El que prioriza: Esta persona tiene control sobre sus actividades en curso además de las que están por llegar, tiene un plan que le aguda a cumplir con lo que se propone este plan lo revisa para dar prioridad y planificar. Se caracteriza por ser controlado y tener un muy buen desempeño. El desinteresado: Esta persona le gusta complacer a todos pero no le agrada a nadie sucumbe ante la presión de los demás aunque en nuestro ser esta algo de este cuadrante debemos comprender que nada ganamos haciendo todo lo que nos piden sin explicación y perdemos lo que realmente es importante. Estas personas son complacientes y no tienen disciplina. El perezoso: Cualquier actividad que realiza debe ser en exceso y estas actividades en la mayoría de los casos son ni importantes ni urgentes por ejemplo navegar en Internet o dormir hasta pasado el mediodía. Se caracteriza por carecer de responsabilidad.

El mejor cuadrante es el que corresponde a las personas que priorizan ese cuadrante se enfoca en organizar nuestra vida con base a la misión y los valores para ejecutar las actividades importantes y no urgentes. Solo hay campo para las oportunidades.

Los que pertenecen a este cuadrante tienen o deben tener: 

 - Coherencia: Sus actos son acorde a la misión, las metas y los planes. 

 - Equilibrio: Emocionalmente inteligente. 

 - Planificar: Organiza sus actividades para que sean importantes y no urgentes. 

 - Relaciones: Sabe comunicarse con los humanos muchas actividades son grupales. 

 - Herramienta: Para planificar además debe poder tenerla disponible cuando la necesite. 

Finalmente hay que saber delegar los que aprenden a realizar esa actividad son personas efectivas porque pueden llegar a cumplir con todo lo que planean pero existes maneras para delegar: encargar o controlar, los primeros confían en la persona que fue delegada y los segundos no pueden dejar actuar a las personas que encargan para completar alguna actividad. Si dominamos estos tres hábitos podremos obtener una victoria sobre la independencia.

Recuerda... Las personas exitosas saben usar mejor su tiempo porque son disciplinadas y saben establecer sus metas. También hablo de esas personas que no tienen momentos bajos; sí, hay tiempo para las vacaciones y para la familia, pero saben cómo balancearlo y no se dejan tener momentos improductivos. 

Para ser altamente efectivo necesitas aprender a concentrarte y evitar las cosas que te distraen (como tus gadgets, los ruidos, las conversaciones en chat, las redes sociales o los emails). Seguramente habrá cosas que no disfrutes hacer, pero sabes que las tienes que terminar. Por ello, ser organizado y disciplinado es esencial.